martes, 5 de abril de 2022

7. Reproducir plantas

 1. Introducción

A lo largo de cientos de miles de años, las plantas han desarrollado estrategias y mecanismos que les han permitido sobrevivir hasta nuestros días. Han sido capaces de colonizar todo tipo de territorios, como desiertos, mares, lagos, etc., han interactuado con su ambiente y con las variaciones que en él han ocurrido. Esto les ha permitido adaptarse a las nuevas condiciones del medio y, en consecuencia, ellas y sus descendientes han sido capaces de sobrevivir hasta nuestros días.


Como veis, durante millones de años se han reproducido sin la necesidad de la intervención de la mano del hombre. Por lo tanto, si queremos reproducir nuestras propias plantas, tendremos que observar e imitar a la naturaleza, creando las condiciones adecuadas según cada caso.


Reproducir nuestras propias plantas, es una de las labores más comunes y gratificantes que se pueden realizar en el huerto. Existen varias formas de reproducción y multiplicación y a lo largo de este tema aprenderemos a realizar con éxito todas estas técnicas.

2. La Reproducción de las Plantas

Cuando hablamos de reproducción de las plantas, pensamos que ésta solo puede hacerse a través de las semillas, pero no es así.


Como se ha comentado en la introducción, en la naturaleza las plantas se reproducen por sí mismas, sin la intervención de la mano del hombre y pueden hacerlo de dos formas muy diferentes, mediante REPRODUCCIÓN SEXUAL y mediante REPRODUCCIÓN ASEXUAL.

2.1. Reproducción Sexual

La reproducción sexual es aquella en la que intervienen las flores, que son los órganos reproductores de las plantas. Cuando un grano de polen formado en un estambre entra en contacto con el pistilo de otra flor, fecunda un óvulo. En este momento, en el ovario, tiene inicio el desarrollo y posterior maduración del fruto, que podrá contener una o varias semillas, que caerán al suelo y si se dan las condiciones de humedad y temperatura necesarias darán origen a una nueva planta, iniciándose de nuevo el ciclo.

2.2. Reproducción Asexual

Muchas plantas con flores pueden reproducirse sin necesidad de que intervengan ni las flores, ni las semillas. Se trata de un tipo de reproducción muy frecuente en las plantas. Las nuevas plantas que se forman son idénticas a sus progenitoras, ya que se forman a partir de un fragmento o estructura de éstas.


Los métodos de propagación pueden ser clasificados como naturales, según si se trata de estructuras propias de las plantas que le permiten reproducirse asexualmente (bulbos, tubérculos, estolones, hijuelos, etc.) o artificiales si son producidas por el hombre (esquejes, etc.)


La propagación de plantas ha sido una parte fundamental en la historia de la humanidad. Desde la antigüedad, los horticultores han observado a la naturaleza y basándose en esta observación, han aprendido a realizar técnicas de reproducción destinadas a obtener sus propias plantas, procedimientos sencillos, conocidos de tiempos inmemoriales por los campesinos de todo el mundo con el fin de incrementar sus cultivos.

3. La Propagación de Plantas

Cuando hablamos de la propagación de plantas nos referimos a los distintos métodos que se usan para reproducir o multiplicar las diversas especies. Para poder realizarla con éxito, antes tendremos que conocer el modo en que funcionan las plantas y en base a ello, utilizar la técnica más adecuada para cada especie.

3.1. Propagación Sexual o por Semillas

Reproducir plantas por semilla es sencillo y económico, además es un recurso muy interesante que podemos utilizar con nuestros alumnos.


Generalmente las siembras se realizan en primavera o a principios del verano, ya que son las épocas en las que más sol tenemos, con lo cual las plantas se desarrollan de una forma más rápida, aunque hay algunas especies de hortalizas que se pueden sembrar durante todo el año, como es el caso de algunas variedades de acelga, espinaca, lechuga, pepino, perejil, rabanito o zanahoria entre otras.

4. Las Hortalizas de cada Temporada

Algunas sólo se cultivan durante el ciclo de primavera-verano: como todas las solanáceas (Tomates, pimientos, berenjenas, patata), las de la familia de las Cucurbitáceas (calabaza, calabacín, melón, sandía), lechugas de verano, maíz, judías. Todas ellas son claramente hortalizas que necesitan mucha insolación y calor.


 


Otras se cultivan durante el ciclo otoño-invierno: como la alcachofa, habas y guisantes, coles, brócolis y coliflores, puerros y ajos, espinacas, y rabanitos. Muchas de ellas tienen hojas anchas para alcanzar la escasa luz de invierno.


 


Y otras pueden ser cultivadas en los dos ciclos (otoño-invierno y primavera-verano) como habas, patatas, apio, perejil, zanahorias, lechugas, acelgas, remolacha, cebollas…


 Sabiendo esto, comprendemos que todo tiene un orden y un porqué. No podemos plantar un pimiento en otoño porque tiene el frío invierno cerca, o no podemos plantar una lechuga de invierno de cara al calor del verano, porque no aguantará las altas temperaturas.


 


Ahora ya sabemos cuándo se plantan y cultivan nuestras

hortalizas, pero ¿Cuál es el mejor momento para hacer las siembras?



Cada hortaliza tiene su particularidad y si queremos que la germinación sea un éxito, deberemos conocer sus necesidades en cuanto a luz, temperatura, humedad, etc.


Saber cuál es el momento idóneo para realizar las siembras es muy importante ya que, si sembramos


demasiado pronto o demasiado tarde, el cultivo no se desarrollará adecuadamente. Para facilitar la labor de planificación, es muy útil recurrir a un calendario de siembra, que nos dará una buena información. Una vez conocidas estas necesidades, podremos planificar las siembras correctamente.

5. La Siembra

¿En qué consiste la siembra? La siembra es una de las tareas más importantes y divertidas que podemos realizar en el huerto escolar y consiste en la forma de poner las semillas en el sustrato, para que se desarrollen las plantas que queremos cultivar. Existen dos tipos principales de siembra, según la tolerancia de las plantas al trasplante y su adaptación al clima de cada zona y son los siguientes: la siembra directa y la siembra indirecta.

  •  SIEMBRA DIRECTA: es aquella dónde la semilla se sitúa directamente sobre el suelo, en el emplazamiento definitivo donde crecerán las plantas hasta el momento de su cosecha.

  • SIEMBRA INDIRECTA: es aquella en la que las semillas no se siembran en su emplazamiento definitivo. Una de las grandes ventajas que tiene este método de siembra es que podemos controlar las condiciones de luz, temperatura, etc. que afectan a la planta. Además, también podemos seleccionar las mejores plantas y desechar las más débiles, por ejemplo.

En ambos métodos es importante la profundidad de plantación, que debe ser aproximadamente de dos a tres veces el tamaño de la semilla. En la tabla comentada anteriormente, también está indicada la profundidad de siembra adecuada de las semillas de cada especie.

5. La Siembra

5.1. Tipos de Siembra Directa

Siembra a voleo:

Consiste en esparcir las semillas al azar por el terreno. Se suele hacer con la mano intentando que la dispersión sea lo más uniforme posible. Si las semillas son muy pequeñas (a veces son diminutas), podemos mezclarlas antes con arena, de esta forma sabremos qué zona hemos sembrado. Una vez esparcidas, se cubren con un poco de sustrato. Para cubrir las semillas y que queden a la profundidad adecuada, podemos tamizar sobre las semillas una fina capa de sustrato. Después las regaremos, podemos rociarlas utilizando un pulverizador con agua o con una regadera de lluvia fina para no arrastrar el sustrato y destapar las semillas.

Siembra a chorrillo:

Se realiza antes un surco en forma de línea alargada sobre el que se van depositando las semillas de forma continua. A continuación, se cubre el surco con tierra para enterrar las semillas.

Siembra a golpes:

Se realizan hoyos con una separación equidistante y la siembra se hace depositando 2-3 semillas en cada uno. Después se cubren con tierra con la ayuda de una azadilla.

5.2. Tipos de siembra indirecta

Siembra en semilleros

Consiste en acondicionar un lugar para la siembra de las semillas que reúna las condiciones adecuadas para la correcta germinación y desarrollo de la planta hasta el momento del trasplante. Se utiliza cuando las semillas son muy pequeñas, tardan en germinar o las plantas necesitan cuidados especiales. Este sistema se utiliza para sembrar hortalizas como los tomates, pimientos, berenjenas, coles, lechugas, etc.

La germinación de la semilla es la fase más delicada y exigente del crecimiento de la planta. Elaborando un semillero a cubierto protegemos las semillas de las inclemencias meteorológicas del exterior y de posibles depredadores (pájaros, roedores, insectos). Depositaremos 2-3 semillas en cada recipiente y cuando las plantas tengan el tamaño apropiado, realizaremos un aclareo eliminando las más débiles.

5.3. El sustrato para la siembra

Debe ser ligero, que permita una buena aireación y al mismo tiempo sea capaz de retener la humedad y contener los nutrientes necesarios para que la planta pueda desarrollarse adecuadamente. Podemos utilizar un sustrato comercial para semilleros (sustrato universal) y para que tenga buen drenaje podemos añadirle un poco de arena y una pequeña parte de humus de lombriz, que le aportará lo nutrientes necesarios mientras las plantas se desarrollan en el semillero.

6. Proceso de Germinación de una Semilla

Las semillas permanecen inactivas hasta que se dan las condiciones adecuadas para germinar, es decir, una buena temperatura, así como cierto grado de humedad y, en algunos casos, de luz. Si estas condiciones están presentes, la semilla germinará tan pronto como haya absorbido la cantidad de agua necesaria.


Propagación Asexual


Propagación por estolones

Si observamos una planta de fresas, vemos que de la misma planta crecen tallos en forma horizontal. Estos tallos reciben el nombre de estolones, son brotes laterales que nacen del tallo principal de la planta y que van creciendo en busca de humedad. Con una tijera de poda bien afilada podemos cortar estos tallos y trasplantarlos a una maceta o directamente en el suelo de nuestro huerto.

Propagación por tubérculos

Los tubérculos tallos subterráneos modificados y engrosados donde se acumulan los nutrientes de reserva para la planta. La propagación por tubérculos se efectúa plantando los tubérculos enteros, o partes de los mismos, de manera que cada porción disponga por lo menos de una yema.

Propagación por bulbos

La propagación por bulbos se realiza mediante los bulbillos (dientes) que forman las cabezas. Se desgranan las cabezas separando todos los dientes y se entierran superficialmente en hileras, sin pelar y con la parte puntiaguda hacia arriba, ya que germinan por la punta, dejando una separación de 5 cm. entre dientes.

Propagación por esquejes

En la propagación por esquejes, una parte de tallo, raíz o de la hoja se separa de la planta madre, se coloca bajo condiciones ambientales favorables y se le induce a formar raíces y tallos produciendo así una nueva planta. La planta que obtendremos al final del proceso será idéntica a su progenitora. La mejor época para realizar esquejes es en primavera, aunque también puede hacerse a principios de otoño. La mayoría de las plantas aromáticas pueden ser reproducidas por esqueje, como romero, tomillo, lavanda, salvia, santolina, poleo, etc.


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