martes, 5 de abril de 2022

10. La salud del huerto

 En el huerto ecológico no se utilizan productos tóxicos, con lo cual la prevención es la mejor opción. Conoceremos las diversas técnicas preventivas y los tratamientos de choque que se pueden utilizar y aprenderemos a elaborarlos nosotros mismos.

Las plagas y enfermedades en el huerto son habituales y más aún, cuando partimos de un ecosistema que no está en equilibrio y en el cual, el agente causante encuentra el ambiente ideal para desarrollarse. Impedir la aparición de plagas y enfermedades será una tarea fundamental y continuada en el cultivo de nuestro huerto escolar, mientras éste alcanza el tan ansiado equilibrio.


Como bien sabemos, en un huerto ecológico no se utilizan insecticidas, ni fungicidas, ni ningún otro producto de síntesis, por lo que en caso de que aparezcan, tendremos que luchar contra plagas y enfermedades utilizando los medios que nos proporciona la propia naturaleza. Es posible evitar esa lucha o por lo menos una parte importante si consideramos que la prevención puede ser nuestro punto fuerte en esta tarea.

Aun así, existen muchas plagas que visitarán nuestro huerto y muchas de ellas lo harán todos los años,

¡pero...que no cunda el pánico! En este tema vamos a conocer qué tipo de plagas y enfermedades que pueden afectar a nuestras hortalizas, cuáles son sus características y cómo prevenirlas o tratarlas. También hablaremos sobre las diferentes técnicas de manejo agronómico, que nos ayudarán a potenciar el buen desarrollo de nuestras plantas y, por lo tanto, su resistencia natural frente a plagas y enfermedades.


1. El Primer Paso: la prevención

La salud de las plantas del huerto tenemos que afrontarla con tranquilidad y haciendo las cosas bien desde el principio.

Para ello tendremos en cuenta los siguientes aspectos:

  • Realizar una buena preparación del terreno: Evitaremos realizar abonados excesivos o deficitarios, para evitar desequilibrios nutricionales.
  • Si tenemos opción, elegiremos variedades hortícolas locales: Están mejor adaptadas a las condiciones climáticas donde vamos a cultivarlas y, por tanto, más resistentes.
  • No forzar las épocas de siembra: Respetar los calendarios de siembra y trasplante (no adelantarlas ni retrasarlas).
  • Utilizar las técnicas de cultivo adecuadas a cada cultivo: Respetar marco de plantación, riego, abonado, etc.
  • Llevar un control continuo del huerto: La observación de los cambios que en él se producen (mejor si los anotamos).
  • Respetar asociaciones y rotaciones
  • Potenciar la biodiversidad: aromáticas, flores, insectos, etc.
  • Reforzar las defensas: Aplicando preparados naturales preventivos
  • Conocer los ciclos biológicos de las plagas: También los factores ambientales que las favorecen, como la humedad o la temperatura entre otros. De esta forma podremos prevenir su aparición.

Con esto ya tenemos algunos criterios para fundamentar la salud de nuestro huerto. Aún necesitaremos aprender más, pero ya iremos aprendiendo con el tiempo y la experiencia.

2. Plagas más Comunes en El Huerto

Pulgones: Su color puede ser verde, blanco, amarillo, rojo, marrón o negro. Su aparato bucal es succionador, se alimentan de la savia de las plantas, deformando las hojas e impidiendo que salgan brotes nuevos. Los podemos encontrar en el envés de las hojas y en los brotes tiernos.

Orugas: Podemos detectar su presencia por los pequeños agujeros que dejan por toda la hoja. Si encontramos las hojas de nuestras hortalizas agujereadas, no hay duda, tenemos un problema de orugas. Las orugas se mimetizan con el follaje de las plantas, pero buscando alrededor del tallo o entre las hojas suelen aparecer. Suelen estar activas todo el año, pero especialmente en otoño.

Oruga de la col: Afecta a la familia de las crucíferas. Las orugas son muy voraces y pueden dejar las coles sin una sola hoja en muy poco tiempo. La oruga es tan solo uno de los estadios del ciclo de vida de la mariposa de la col y como ya sabemos, las mariposas siempre proceden de orugas que tras la metamorfosis se convierten, en este caso, en bonitas y aparentemente inofensivas mariposas blancas. Conocer el ciclo de vida de la mariposa de la col e identificar los distintos estadios para saber cómo combatirla o prevenir su presencia.

Araña roja: La araña roja es un ácaro que apenas es visible al ojo humano de lo pequeño que es, a no ser que estas se encuentren en un gran número, es más fácil reconocerla por los daños que produce. Forma una especie de telarañas entre las hojas de la planta. También dejan la hoja llena de puntos amarillos, y con el tiempo se acaba secando. Aparece en épocas muy secas y de mucho calor.

Trips: Los trips son de tamaño pequeño y de forma alargada y aplanada. Actúan de la misma forma que el pulgón y la mosca blanca. El problema de los trips es que son transmisores de muchos virus y bacterias.

Cochinillas: La cochinilla es una chinche de color blanco, con aspecto algodonoso. Parecen pelusas y suelen estar adheridas al tallo y a las hojas. A veces tienen el caparazón duro. Si las aplastamos dejan un tinte rojo.

Nematodos: Son una especie de gusanos que viven en el agua y en el suelo y que, cuando están en concentraciones muy grandes, parasitan las raíces de las plantas impidiendo la absorción normal de agua y minerales.

 

Tuta del tomate: La Tuta produce estragos en las tomateras. Es una polilla, pero es su fase larvaria (cuando es oruga) es la que genera el daño. Perfora túneles en los tallos, hojas y los tomates. Es fácil identificarla por los surcos en forma de túneles que deja en las hojas. Es especialmente activa desde principios de primavera hasta finales de otoño.

Caracoles y babosas: Con los caracoles y babosas, muchas veces lo que nos encontramos con los efectos de su paso por el huerto: hojas mordidas, semilleros que desaparecen. Tienen predilección por los planteles jóvenes y suelen aparecer después de las lluvias o en épocas de elevada humedad, pero también si nos pasamos con el riego.

3. Enfermedades más Comunes en el Huerto

Oídio: Es un hongo que crea una capa polvorienta blanca sobre la superficie de las hojas. Aparece cuando hay un exceso de humedad o falta de aireación entre las hojas, (cuando plantamos demasiado junto, por ejemplo). Es típico en las hojas de calabacines, pepinos, melones y sandías.

Mildiu: Es una enfermedad provocada por un hongo que crea manchas tipo aceitosas y con aspecto húmedo en las hojas de las plantas. También se puede presentar con motas amarillas en la superficie de la hoja. Suele acabar secando la planta. Aparece en las cuando hay un exceso de humedad o exceso de riego y falta de aireación.

Roya: Es una enfermedad provocada por un hongo fácilmente identificable por la aparición de unos bultitos de color anaranjado por hojas y tallo. Las hojas atacadas terminan por caer y la planta se debilita. Muy frecuente en los ajos. Puede estar provocada por exceso o falta de humedad.

Atracnosis: Se presenta en forma de manchas irregulares de color tostado naranja, rojizo o negro que se van expandiendo por toda la planta. La antracnosis no es grave: es más bien un problema estético. Suele actuar en primavera y verano, épocas en las que la humedad y las altas temperaturas favorecen su desarrollo.

4. El Botiquín del Huerto

Para realizar tratamientos, tanto preventivos como de choque, contra plagas y enfermedades, podemos recurrir a preparados hechos con plantas, minerales, etc. A continuación, se describe como se realizan los diferentes preparados:

Decocción: Se dejan los restos vegetales en agua durante 24 horas. Posteriormente se tapa y lleva a ebullición, cuando hierva se baja el fuego y se deja a fuego lento durante media hora. Se deja enfriar con la tapa puesta y se filtra.

Infusión: Consiste en hacer una simple infusión con los restos vegetales que nos diga la receta. Metemos la planta en agua fría, se calienta y se detiene la ebullición, se tapa y deja enfriar. Después se filtra y se aplica enseguida. Una vez preparado, puede aguantar 2 días en el frigorífico.

FermentaciónConsiste en poner en agua el vegetal en cuestión y dejarla varios días, tapada y en zona de sombra constante. La proporción aconsejada es de 200 g de planta por cada 10 litros de agua. Es importante remover todos los días, ya que debe ser una fermentación con oxígeno. En cuanto veamos que al dejar de remover no suben burbujas habrá terminado la fermentación, aproximadamente al cabo de 14 días. Se filtra y se guarda la extracción en un bidón cerrado. Después se diluye según la receta a preparar.

Maceración: Se trata del mismo método que el anterior, pero dejándolo únicamente 24 horas en remojo. También se filtra el extracto, pero no hace falta diluirlo y no se puede almacenar, ya que es de aplicación inmediata.

4. El Botiquín del Huerto

4.1. Tratamientos Reforzantes

Purín fermentado de ortiga:

Cantidad de ortiga necesaria: Planta fresca: 100 gr/l. Planta seca: 20 gr/l. El purín ya terminado se diluye en agua al 5%. El líquido resultante y filtrado se pulveriza sobre las plantas, con ayuda de la mochila de tratamientos. Repetiremos los tratamientos cada 10-15 días.

Decocción de cola de caballo:

Se recolecta la planta entera, sin las raíces, en junio-agosto. Puede utilizarse fresca o seca. Se hierven durante 1 hora 3 Kg. De cola de caballo fresca (o 400 gr. de planta seca) en un recipiente con 20 litros de agua. Dejar enfriar y filtrar exprimiendo la planta para sacarle el máximo jugo posible. Diluir al 20%.

Decocción de cáscaras de plátano:

Aporta potasio que fortalece el sistema radicular. Cocer en 1 litro de agua 6 o 7 cáscaras de plátano. Colar y aplicar al suelo en la base de las plantas. Las cáscaras se pueden poner después a secar y, una vez secas, pulverizarlas sobre la base de las plantas.

4.2. Métodos de Choque

Infusión de ajo:

Cantidad de dientes de ajos: 50 gr/l. Se hace una infusión con los dientes de ajo machados y se diluye en agua al 20%. Se pulveriza sobre las plantas, mojando el haz y el envés de las hojas, a primera hora del día última hora del día. Repetiremos el tratamiento durante 3 días seguidos.

Jabón potásico:

Disolver 25 gramos de jabón potásico por litro de agua. Hacerlo en caliente para disolverlo mejor. Aplicar con la mochila sobre la planta a primera hora de la mañana o última hora de la tarde durante 3 días alternos.

Dilución de yogur o leche:

Consiste en añadir 3 vasos de yogur, o su equivalente en leche, en 10 litros de agua. Se pulveriza sobre las hojas. El ácido láctico cambiará el pH de la planta.

REPELENTES

Un repelente para todo: Purín de hojas de tomate:

Ahuyenta a los insectos y a los ácaros. Dejar macerar durante toda la noche 2 vasos de hojas de tomate troceadas en 2 vasos de agua. Colar y aplicar pulverizando las hojas.

TRAMPAS

Trampas para caracoles y babosas:

Consiste en poner recipientes como latas de atún vacías, enterrados hasta que la boca quede al nivel del suelo. Los llenaremos por la mitad con cerveza. Los caracoles y babosas se sienten atraídos por el aroma de la cerveza y caerán dentro ahogándose. Repasaremos las trampas todos los días para limpiarlas y reponerlas. Los patos, y en concreto ciertas razas, sienten una loca predilección por los caracoles y babosas.

TRATAMIENTOS ECOLÓGICOS

VENTAJAS:

  • No son contaminantes ni persistentes en el medio natural, el agua o suelo.
  • No son tóxicos para las personas ni los animales.
  • No tienen periodo de seguridad, con lo cual, podemos cosechar y consumir nuestras verduras y hortalizas incluso después de aplicar el producto, sin ningún riesgo, simplemente aclarándolo con agua antes de consumirlas.
  • No crean resistencias y suelen ser más específicos, con lo que respetan a los insectos beneficiosos.

MODO DE APLICACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS

  • Realizar los tratamientos a primera o última hora del día, para evitar las horas de sol que restaría efecto a nuestros tratamientos.
  • Nunca hacer los tratamientos cuando la planta tenga síntomas evidentes de falta de agua.
  • Alternar los tratamientos para que las plantas no creen resistencias.
  • Filtrar los preparados para evitar la obturación de las boquillas de los pulverizadores.
  • Mojar bien en haz y el envés de las hojas.

5. Un Hotel Muy Especial



Hotel de insectos/invertebrados


¿QUÉ ES?

Un lugar idóneo para que ciertos insectos u otro tipo de invertebrados útiles para el huerto hibernen o se refugien durante la noche o el día dependiendo de sus hábitos.

¿PARA QUÉ SIRVE?

Para promover la biodiversidad en el huerto. Cuantas más especies, mejor. En la naturaleza cada plaga tiene su depredador.

¿PORQUÉ PONER UNO EN EL HUERTO?

Por dos razones, la polinización y su contribución en la lucha biológica contra algunas plagas.

¿DÓNDE COLOCARLO?

En un lugar soleado del huerto que esté protegido de los vientos fuertes.

    

6. Extracción y Conservación de Semillas

Para finalizar, se propone la creación de un banco de semillas y para ello conoceremos los diferentes tipos de extracción, secado, almacenaje, conservación y etiquetado de semillas de los cultivos más habituales del huerto, lo que nos permitirá poder observar los ciclos vitales de las plantas.

NUESTRAS SEMILLAS TRADICIONALES: UN TESORO A CONSERVAR

Antiguamente se pensaba que los recursos básicos para la vida eran el agua, el suelo y el aire. En la actualidad y para un gran número de personas existe un cuarto grupo, el de los recursos genéticos, fundamentales para la salud ambiental del planeta y una fuente de seguridad económica y ecológica para las futuras generaciones.

Según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en el último siglo se han perdido más del 75% de los recursos genéticos en agricultura y ganadería.

Y es que a nivel hortícola y de forma casi inadvertida se ha producido una extinción sin precedentes y de los miles de variedades cultivadas desde antaño, sólo unas cuantas son cultivadas en la actualidad.

Las actuales semillas industriales reportan una cosecha más abundante que las tradicionales, pero se trata de “semillas híbridas”, concebidas para aumentar la producción. Las verduras y hortalizas que de ellas crecen son bonitas y de tamaño uniforme, pero sus semillas no se pueden utilizar, es inútil que las sembremos pues las plantas híbridas son estériles, de modo que cada año tendremos que comprar semillas nuevamente.

En cambio, las variedades tradicionales son aquellas que se han desarrollado a partir de la selección hecha por los horticultores, tienen una mejor adaptación a las condiciones agroecológicas de nuestros campos que cualquier otra semilla, especialmente en cuanto a resistencia a la sequía o frente a plagas y enfermedades.

Es primordial conservar ese tesoro que son las semillas tradicionales y que mejor que hacerlo desde el principio, desde la base, nuestros huertos escolares. Para ser autosuficientes tenemos que aprender a reproducir nuestras propias plantas. Por supuesto no hace falta que el primer año pretendamos obtener las semillas de todas las variedades, podemos hacerlo progresivamente estudiando y aprendiendo de las particularidades de cada planta y poco a poco ir adquiriendo los conocimientos necesarios para crear nuestro propio banco de semillas y de esta forma, poder intercambiarlas con los demás centros escolares.

En este tema aprenderemos como seleccionar, recolectar y conservar semillas de nuestras variedades tradicionales, contribuyendo a evitar su desaparición e irremediable pérdida.

Os recomendamos que habléis y preguntéis a los abuelos y abuelas de vuestra zona para preguntarles por las variedades que ellos cultivaban y cuál de ellas tenían fama en la región donde vivían (debido al sabor, tamaño u otras características que la hacían única). Lo mismo puede hacer el alumnado, conversar con las personas mayores de su entorno para que puedan conocer las variedades de su zona y si hubiera posibilidad de conseguir semillas de algunas de estas, poder compartirlas y hacerlas crecer en nuestro huerto de biodiversidad para conseguir más semillas y poder replicarlas.

6.1. La Semilla Origen y Selección

Recolectar nuestras propias semillas es una de las tareas más gratificantes que se pueden hacer en el huerto, tanto o más que la de la recolección de las hortalizas que cultivamos. Con ella nos aseguramos la perpetuidad de nuestras hortalizas sin tener que comprar sus semillas cada temporada, convirtiéndonos desde entonces en guardianes de uno de los tesoros más preciados que existen en el planeta tierra, las semillas.

Reproducir nuestras semillas implica perpetuar la descendencia de una planta que ha sido fruto en si misma de varios siglos de evolución natural y de selección por parte de los horticultores.

A la hora de seleccionar nuestras semillas, no podemos conformarnos con cosechar las semillas de cualquier planta ya que, de lo contrario, corremos el riesgo de que nuestras expectativas con respecto a la misma no sean las esperadas.

Es muy importante elegir las semillas que cosecharemos y saber de qué planta debemos hacerlo. Para ello, necesitaremos saber una serie de cuestiones básicas para poder seleccionar un tipo de semilla que conserve las características propias de la especie y evitar que se produzcan cruzamientos entre variedades durante la polinización.

6.2. Selección, Extracción y Conservación de Semillas

Conocimientos previos

Antes de proceder a la obtención de semillas deberemos saber de qué tipo de planta se trata, si es anual, bianual o perenne:

ANUALES: Las plantas anuales realizan su ciclo vegetativo completo en una sola estación. Por lo tanto, producen sus flores, sus frutos y sus semillas en el mismo año de su siembra, luego se secan y mueren. Normalmente las anuales son sembradas en primavera, llegan a semilla al final del verano y mueren en otoño.

BIANUALES: Las plantas bianuales necesitan dos años para florecer y dar frutos antes de morir y en el primer año producen sólo hojas. Durante el primer año, la planta crece y almacenas reservas luego, en el segundo año desarrollará uno o más tallos aéreos, con o sin hojas, que florecerán antes de dar semillas.

PERENNES: Las plantas perennes viven mucho tiempo, florecen cada año en su mayor parte. Su floración y producción de semillas no causan su muerte ya que son perennes. Son plantas que pueden sobrevivir aun estando “abandonadas”.

Como también deberemos saber si la polinización la planta en cuestión se produce de manera autógama o alógama:

AUTÓGAMA: En la misma flor está el polen y el óvulo, se autopolinizan.

ALÓGAMA: La flor requiere del polen de otra para polinizarse (polinización cruzada), por lo que tienen más posibilidad de cruzamiento. Para ello se sirven de los insectos o del viento. En estas especies deberemos poner especial cuidado.

¿Cómo evitar cruzamientos entre plantas y conseguir semillas puras?

Las distancias establecidas para evitar cruzamientos entre especies están basadas en el espacio de vuelo de los insectos, en el caso de la abeja, puede ir a buscar polen en un radio de 4 kilómetros alrededor de su colmena.

Aunque a priori este tema pueda resultar complicado, ya que generalmente los huertos escolares suelen de pequeño tamaño, si queremos obtener semillas puras, siempre podemos cultivar una sola variedad de una especie. Por ejemplo, si sabemos que es muy probable que dos variedades de habas florezcan a la vez, lo más seguro es que haya un cruzamiento de polen, en este caso para conseguir semillas deberíamos cultivar una sola variedad. También podemos elegir una especie temprana, que florezca en otoño y otra tardía, que florezca en primavera.

En un terreno de apenas 200 metros cuadrados se pueden obtener semillas de infinidad de especies. Con el tiempo y la experiencia iremos adquiriendo los conocimientos necesarios para obtener las semillas de nuestras plantas.

Como se ha comentado en la introducción, es mejor empezar poco a poco y a medida que vayamos conociendo más a fondo las especies y sus particularidades, iremos aumentando el número de variedades de nuestro banco de semillas. Intercambiar la información entre los distintos centros puede ser una experiencia enriquecedora para todos.

Criterios de selección

  • A la hora de seleccionar nuestras semillas elegiremos solamente las plantas que crezcan sanas, vigorosas y libres de enfermedades.
  • Más que seleccionar solamente un fruto grande, buscaremos individuos que estén libres de los ataques de insectos.
  • En el caso de las lechugas o vegetales de raíz es importante escoger las que se espiguen lo más tardíamente.
  • Es conveniente coger frutos de la primera floración (en el caso de los tomates es mejor coger la segunda).
  • Hay que dejar que los frutos elegidos maduren por completo en la planta.
  • En el caso de las judías o habas, dejaremos que las vainas se sequen bien para que la semilla termine de formarse. Si vemos que una mata produce frutos de calidad, es preferible no recolectarlas para el consumo y dejarlas para semillas, recolectando para el consumo las de las otras matas.
  • En el caso de los tomates, la textura del fruto y su carácter temprano junto con la salud y el vigor de la planta son de primera importancia.
  • Hay que sacar semillas de varias plantas, no sólo de una, aunque esto dependerá de la cantidad de plantas que tengamos. Es importante hacerlo en el maíz, el girasol y la cebolla.
  • No es conveniente sacar semillas de una planta si desconocemos si ésta es híbrida.

 Recolección de semillas

La mejor hora del día para la recolección es cuando el rocío se ha evaporado.

Frutos que tienen las semillas en la pulpa: Por ejemplo, el tomate. Mejor recogerlos cuando están muy maduros, ablandándose.

Frutos que dejan caer las semillas: Por ejemplo, la lechuga, zanahoria, cebolla. Hay que recogerlos de manera escalonada según van madurando. La planta se puede cortar antes de que estén maduras todas las semillas y dejarla en la sombra, colgada y con una tela o cubeta en el suelo para recoger las semillas, asegurándose de que las raíces no tengan tierra.

Frutos cuyas semillas forman parte comestible: Por ejemplo, el maíz, las habas, el girasol. Se pueden dejar en la planta hasta que estén completamente secos, previendo que el tiempo no las estropee y no se los coman otros habitantes del ecosistema.

Frutos que se comen maduros: Por ejemplo, la calabaza. Dejar pasar un mes tras la maduración del fruto para dar tiempo a las semillas a que maduren por completo.

Frutos que se recogen antes de que madurenPor ejemplo, el pepino. Tendrá que permanecer más tiempo en la planta hasta alcanzar el tamaño máximo y luego dejarlo 3 semanas más.

6.3. 11.4. Extracción, Procesado y Almacenamiento

HÚMEDO: Para plantas que tienen la semilla con pulpa húmeda, por ejemplo: calabaza. Se trata de extraer la pulpa con las semillas, lavarlas con agua y secarlas sobre una tela

SECO: Para semillas que maduran en las vainas. Por ejemplo: judía. Se dejan secar lo máximo posible en la propia planta. Una vez secas, se sacan manualmente o trillándolas. Es importante hacer la recolección en los días soleados, para intentar que estén completamente secas.

FERMENTACIÓN: Por ejemplo, tomate. Se deja madurar en la propia planta el fruto y cuando esté “pasado” se recoge. Se extrae la pulpa gelatinosa con las semillas y deja fermentar en un bote 2 o 3 días. A una temperatura de unos 20-25 ºC sin que le dé la luz directamente. Una vez pasados esos días, se sacan, limpian con agua y la ayuda de un colador y se extienden sobre una tela para que se sequen.

Aventado

Para que el proceso salga bien, hay que utilizar el recipiente adecuado. Es ideal usar una cubeta ovalada y lisa e ir moviéndola para que los desechos vayan a la parte superior. Podemos soplar suavemente para que las impurezas se vuelen dejando limpia la semilla. Las semillas en vainas se podrán meter en un saco y pisarlas después. A continuación, se sacarán las vainas a mano, o se aventarán. Hay quien guarda y planta las semillas con restos sin problemas, por ejemplo, las mazorcas se pueden guardar enteras.

Cribado

Haciendo uso de una criba, tamiz o colador de malla primero se usa una/o con agujeros grandes para dejar pasar las semillas. Luego se van usando otros de medidas más pequeñas para seleccionarlas.

 Secado

El proceso de secado es muy importante, ya que podemos perder las semillas si las almacenamos cuando aún mantienen humedad, así es que el secado deberá hacerse lo antes posible. Dejar en un lugar aireado, donde no les dé el sol, que no supere los 35º C.

Almacenado

La forma de conservación es fundamental para conservar la viabilidad de las semillas, por eso deberemos almacenarlas bajo las siguientes condiciones:

Poca humedad (lugar seco) Baja temperatura

Ausencia de luz y de calor Ausencia de oxígeno (bien cerradas)

Una vez bien secas, la introduciremos en un tarro de cristal, este es un buen sistema porque quedará herméticamente cerrado. También podemos guardarlas en bolsitas de plástico herméticas

En cada lote indicaremos los datos necesarios de referencia:

  • Hortaliza
  • Variedad o nombre por la que se le conoce
  • Fecha de envasado
  • Viabilidad (Ver tabla a continuación.)
  • Procedencia, en su caso.
  • Y otros datos que necesitemos saber para su cultivo

Se recomienda tener unas semillas que plantemos cada año y otras que se guarden durante varios años.


Longevidad de las Semillas


Las semillas tienen una caducidad, es decir, mantienen su viabilidad durante un tiempo. Este periodo es diferente en cada especie y en diferentes condiciones de conservación y después de ese tiempo no germinan. Esta es una de las causas más comunes de “no germinación” cuando se siembran semillas que se encontraron en un rincón de algún almacén y no sabe en qué año fueron recogidas.


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